¿Libertad en autocaravana?

Llevamos dos años, ininterrumpidos, viviendo y viajando en nuestra camper. La mayor parte del tiempo, ha sido alrededor de España. En esta entrada, explicaré nuestra experiencia y sensaciones al respecto, desde un punto de vista bastante crítico. Aviso de que esta entrada puede herir sensibilidades.

En los últimos años, el mundo del caravaning en España está cambiando, mucho y muy rápido, hacia un modelo de turismo masivo durante todo el año. Definitivamente, nos hemos quedado sin temporada baja. Puede sonar un poco drástico, pero, el vivir viajando y depender de los campings y áreas de autocaravanas, te da una visión completa y realista de lo que está ocurriendo.

Es comprensible que, en fiestas nacionales, verano y puentes por festividad, te lo encuentres todo abarrotado de gente, como ocurre cada año en España, pero, ahora no solo pasa en temporada alta, sino también fuera de ella. En pleno invierno, sobre todo en la zona del mediterráneo, te encuentras todo petado de extranjeros, a los que les hacen unos precios imbatibles. En consecuencia, como es normal, los jubilados de Europa nos invaden.

Como decía, durante estos dos años viajando, hemos rodeado la península más o menos un par de veces. Hemos visitado una infinidad de campings y áreas de autocaravanas y, podemos decir, que estamos realmente agotados de vivir en una continua temporada alta. En todos sitios te piden reservar, lo que no se entiende si viajas en autocaravana. Lo bonito de viajar así es no tener planes y moverte con total libertad. Entonces, si tengo que ir, previa reserva a todas partes, y estar como sardinas en lata o arriesgarte a dormir en la calle y que te metan una multa tremenda, ¿dónde está la libertad?

Convivir con el turismo extranjero

Además de eso, queremos aprovechar esta entrada para transmitir nuestro punto de vista en cuanto al turismo extranjero. Los turistas llegan aquí, con el mismo modus operandi: previa reserva en la misma parcela, del mismo camping, año tras año y acaban formando una especie de mini pueblo extranjero dentro del propio camping —todo ello, con el beneplácito de los propietarios—. Y ahora llegas tú, a romperles su onda y a molestar. Ni se te ocurra pedir esa parcela que ves libre, pero que está supuestamente «reservada» para ese señor que viene al maldito mismo sitio cada año de su vida. Ni ellos quieren ser molestados ni los propios campings quieren que molestes a su clientela estrella y, por eso, te dicen que las parcelas en las que aplican descuento con tarjeta ACSI, están todas ocupadas o que las parcelas que vemos libres están reservadas. Te ponen mil impedimentos parar que no te quedes, si no quieren. Entiendo que no tenemos los mismos horarios de comida, ni de sacar al perro ni de irnos a dormir, pero no nos gusta sentirnos como extranjeros en nuestro propio país. Nuestras costumbres son otras y, sinceramente, te duele un poco ver cómo algunos propietarios de los establecimientos, son cómplices voluntarios de eso y no colaboran para facilitarte la misma buena experiencia durante tu estancia.

Tenemos ejemplos muy gráficos sobre esto:

En la zona de Alicante, hay áreas de autocaravanas —no vamos a decir dónde—, en las que, en pleno verano, a cuarenta grados, no te ponen ni una puñetera sombra en la que cobijarte. Que te vas con el bebé y el perro, y te acabas largando a pasar el día a la playa, arriesgándote a que te pongan una multa por ir con perro (esa es otra), para poder estar en remojo, por lo menos. Y te cobran —con suerte—, 20 euros por día, pero los pagas, porque te parece que sale bien de precio y no te puedes permitir otra cosa más cara o, simplemente, no te da la gana de pagar más, que para eso llevas la casa encima. Ese mismo sitio, en invierno, lo llenan hasta la bandera de su cliente estrella, el extranjero, que paga unos 10 euros, la mitad que tú. Además, al no hacer tanto calor y no tener árboles que dan sombra, pueden tomar el sol hasta quedarse tiesos —ahí está el motivo de no poner sombras—, y ahorrarse la luz por las placas solares. ¿Por qué no se considera en invierno temporada alta y les cobran 20 euros a ellos también? O, mejor aún, ¿Por qué no cobran en verano 10 euros por tener que aguantar carros y carretas por pasar unos días de vacaciones?  Pues yo, no lo entiendo ni estoy de acuerdo. Incluso hay alguna área que, en verano, ni siquiera abre, pero casi que es preferible eso.

En otros campings, les hacen un precio especial por larga estancia, que, entre el descuento de jubilado, la tarjeta oro, la tarjeta diamante, la tarjeta súper diamante y la tarjeta de extranjero, les sale el día a unos 14 euros. A ese mismo sitio, vas tú —español pringado—, el fin de semana, a celebrar el cumpleaños de tu hijo, después de dos horas de viaje y te cobran, con mucha suerte, la tarifa más alta de ACSI porque sólo vas dos días. Eso contando con que tengas parcela libre y que puedas elegir entre dos parcelas, por ser persona afortunada.

En nuestro caso, al vivir en la autocaravana, podemos llegar a tener el mismo precio que ellos por larga estancia, pero, no tenemos, ni de lejos, las mismas opciones, por ejemplo, para elegir parcela porque suponemos que tienen «estrategias» para ubicar al cliente español en ciertos sitios en los que no moleste tanto. Y eso nos fastidia. A fin de cuentas, vamos a pagar igual ¿no?

No entendemos que, si cada año, en los meses de noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo está todo lleno de extranjeros, sigan cobrando a precio de temporada baja, mientras que, cuando llega agosto, al español le cobren 4 veces más por ser temporada alta. Tal vez, tengan que revisar eso de las temporadas…además, el no poder moverte por tu país, libremente, en ninguna temporada por estar todo hasta la bandera, es decepcionante y frustrante. Turismo, sí, pero masificación siempre, no. Y ni hablemos de los recursos que se utilizan y la falta de agua que tenemos, porque esto da para cuatro entradas más.

Conclusión

En definitiva, creo que, si en verano se pagan esos precios tan altos, es porque saben que los españoles no podemos elegir hacer vacaciones fuera de temporada alta y, en cierto modo, se aprovechan. En cambio, en invierno, que está tanto o más lleno que en verano, hacen tarifas tiradas de precio, escudándose en una falsa temporada baja, pero como su cliente es el extranjero de turno, te aguantas si no te gusta o si vas y no encuentras sitio.  Con estas políticas, creo que, como país, nos perjudicamos nosotros mismos porque priorizamos al extranjero por encima de todo y eso les legitima para hacer lo que les dé la gana. Queremos turismo a cualquier precio —pasando de ser hospitalarios a tontos—.

Luego está la poca empatía que tienen algunos extranjeros con nosotros, los españoles: cuando hemos viajado fuera de España, nos hemos tenido que adaptar al país al que hemos ido, como es normal. Estuvimos, por ejemplo, en la zona de Alemania, en la ruta romántica, y llegamos a un camping muy bonito justo al lado de un lago. Allí, el 98% de los huéspedes eran alemanes. Pues bien, siendo pleno verano, a las 9 de la noche ya estaban todos durmiendo, como era de esperar. Al estar lleno el sitio y con las parcelas bien juntitas, no queríamos molestar, así que, para esa hora, procurábamos estar duchados, cenados, con el perro cansado de jugar y todo listo. Vamos, lo normal de nuestras costumbres 😊pero se entiende, porque no estás en tu sitio y es lo que hay.

Sin embargo, cuando ellos vienen a España, da la sensación de que eres tú el que se tiene que adaptar. Como no te pueden decir nada —aunque muchos osados, sí lo hacen—, en los campings utilizan la estrategia de impedir que el español se hospede mientras esté lleno de clientes extranjeros. Así, evitan conflictos y que sus clientes se enfaden.

Lo que más nos sorprende es ver cómo algunos de esos extranjeros, que son tan estrictos con las normas estando en su país, cuando llegan aquí, se comportan como si todo valiera. De repente, los ves haciendo cosas como: sacar al perro y no recoger los excrementos; no hacer uso de las normas de reciclaje; hacerte sentir mal por no hablar su idioma; vaciar las aguas grises donde está prohibido o acampar en zonas en las que, claramente, no se puede. Cosas que, en su país, si se les ocurriría y además te insultarían a ti por hacerlo. Pero tienen razón, aquí todo se les permite.

Obviamente, no se puede generalizar, ni lo pretendemos, porque ni todos los extranjeros son así ni todos los propietarios de campings nos han tratado mal, pero es una sensación general después de tanto tiempo viajando y compartiendo espacio con turistas de todo tipo y condición. Ese tópico de que los extranjeros son súper limpios y ordenados y los españoles unos incívicos, podemos dar fe que no es así, para nada. En todo caso, habrá de todo en todas partes… Pero lo cierto es que estamos viendo cosas que antes no lo hubiéramos creído.

Es por eso que vemos claramente cómo está cambiando el modelo turístico de España: de ser turismo masivo en verano —por coincidir españoles y extranjeros— a ser turismo masivo todo el año, con mayoría de españoles en verano y los jubilados, el resto del tiempo. De hecho, estamos convencidos de que los establecimientos turísticos españoles —no todos, pero sí muchos—, están únicamente focalizados en el cliente extranjero, siendo que, el español, es un más a más. Si vas bien y, si no vas, mejor.

Ahora mismo, son las 22:00 horas del 15 de febrero de 2024, y nos encontramos en un área de autocaravanas de la costa brava. A las 20.00 horas, ya habían colgado el cartel de «completo». No os podéis imaginar cómo está este sitio. Hemos encontrado un hueco, por casualidad y porque se habían olvidado de poner el cono para la reserva del señor que viene mañana. Todos ellos son extranjeros. Ni un español, salvo nosotros. Incluso, hay autocaravanas aparcadas fuera de plaza, en medio del pasillo.

Seguro que habrá gente que piense que somos muy exagerados por opinar así y que el turismo es bueno para la economía de nuestro país, etc. y estamos de acuerdo con eso, pero con unos límites. Hay varias cosas que no nos parecen de recibo. También habrá gente que piense: «pues no vayas a camping y duerme en áreas gratuitas». Lo hemos hecho y no varía nada, salvo que no pagas. Somos conscientes de que, nosotros rompemos la norma general de viajar sólo en verano y por eso nos encontramos con todo esto, pero no somos novatos con la autocaravana, pues tenemos diez años de experiencia, y hemos visto claramente, cómo en los últimos años se ha masificado todo exageradamente.

No pretendemos decir que todo este tiempo ha sido malo y que no estemos disfrutando la experiencia. Por supuesto que hay otras muchas cosas que las disfrutas, pero, una parte importante de la aventura es encontrar lugares en los que puedas descansar, aparcar tu autocaravana para cenar con tu pareja tranquilamente, sacar a tu perro y hacer tus cosas como lavar ropa, fregar platos o una infinidad de tareas que requiere el día a día de la vida en autocaravana. Y eso, cada vez se está poniendo más complicado y es entonces cuando pienso en la «famosa» libertad que, supuestamente, te proporciona la autocaravana ¿De qué libertad hablamos?

Espero que os haya gustado esta entrada. Como veis es un poco crítica y no pretendemos que nadie se moleste ni se ofenda. Sólo explicamos nuestra experiencia hasta ahora, porque creemos que puede ser útil para mucha gente y, a veces, no se explica toda la verdad.

¡Nos vemos en la próxima!

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